Beneficios de la trufa negra

La trufa negra es un hongo muy apreciado en las gastronomías, un alimento que derrocha aroma y sabor, con unas características que le hacen un ingrediente exquisito y muy cotizado, conocido como el diamante negro. Puede conseguirse en países como Francia, Italia, Asia y en ciertos lugares de África, siendo España el primer productor a nivel mundial. Además, esta trufa no es altamente considerada solamente por sus características, sino que también tiene una gran valía debido a los grandes beneficios que aporta a nuestra salud.

Este hongo subterráneo, es muy exclusivo y único debido a la escasez y dificultad de encontrarlo. La diferencia de la trufa con las setas, aún naciendo ambas por debajo de la tierra, afloran a la superficie al madurar para dispersar las esporas. Al principio, la trufa presenta un color rojizo que al madurar, se torna en negro y adquiere un olor penetrante. Pese a que no contiene gran variedad de nutrientes, sus compuestos son altamente reconocidos por los beneficios que aportan a nuestra salud:

  • Favorece la salud de la piel debido a la presencia de compuestos fenólicos que muestran una alta capacidad antioxidante. Además, activa la producción de colágeno, manteniendo la elasticidad de la piel, su firmeza y su estructura.
  • Está indicada para evitar las dislipidemias por su bajo aporte de grasas colesterol, haciéndolas un ingrediente predilecto para controlar los trastornos de colesterol y triglicéridos.
  • Regula la absorción de nutrientes al ser una fuente de fibra soluble y permitir un proceso de digestión más lento. Es por esta razón por la que regula la absorción de nutrientes y produce saciedad.
  • Tiene un poder antioxidante gracias a que los fenoles de las trufas, tienen una alta actividad antioxidante representando una defensa contra el envejecimiento, ayudando combatir también los radicales libres que oxidan las membranas celulares y son las responsables de algunas enfermedades.

Recomendamos que antes de consumir trufas negras, reconozcamos su calidad prestando atención a la presencia de cortes, roturas o golpes que puedan presentar. Para reconocer las de calidad debemos saber que no deben estar blandas, mientras que su superficie sea tersa y rugosa.