¿Qué es el suelo pélvico?
El suelo pélvico es un grupo de músculos que forma la base de la pelvis y que va desde el cóccix por detrás hasta el hueso púbico por delante.
La musculatura del suelo pélvico aguanta y actúa como soporte de los órganos pélvicos (vejiga urinaria, próstata en hombres, recto, vagina y útero en mujeres).
La contracción y relajación coordinada de la musculatura del suelo pélvico facilita la micción, la defecación y participa en la función sexual.
En qué consiste la disfunción del suelo pélvico
En la disfunción del suelo pélvico puede haber una excesiva tensión, debilidad o descoordinación en la musculatura. Puede afectar tanto a hombres como a mujeres.
En los hombres, las causas más frecuentes de disfunción del suelo pélvico son el sobrepeso, el envejecimiento, la cirugía de próstata en los hombres, traumatismos en la zona pélvica o un aumento repetido de presión en la zona abdominal y pélvica por tos crónica, ejercicio de alto impacto, levantamiento de pesas o estreñimiento crónico.
En las mujeres, se suma el embarazo como causa habitual.
Qué síntomas produce en el hombre
Los principales síntomas de la disfunción del suelo pélvico son:
- Problemas de urgencia o incontinencia urinarias.
- Problemas en la defecación como estreñimiento, dolor o incontinencia fecal.
- Dolor pélvico.
- Alteraciones sexuales como dificultades en la erección o dolor durante el coito.
- En casos severos puede haber prolapso de los órganos pélvicos (prolapso uterino, de la vejiga o del recto).
Diagnóstico y tratamiento
Para el diagnóstico y tratamiento de la disfunción del suelo pélvico es necesario acudir a un especialista en este tipo de trastornos. Son varias las especialidades médicas que tocan el suelo pélvico: la ginecología, la urología, la neurología o la rehabilitación.
El especialista hará una historia clínica completa, una exploración física de la zona y puede necesitar también alguna prueba complementaria adicional. Son varias las pruebas posibles: un estudio urodinámico, pruebas de imagen (ecografía o resonancia pélvicas), manometría anorrectal, proctograma o un estudio neurofisiológico específico.
Cómo ayuda la fisioterapia
La fisioterapia es la base para tratar la disfunción del suelo pélvico. Se puede mejorar con relativa facilidad en muchos casos, pero la mejoría suele tardar algunos meses en notarse por lo que hay que ser paciente. Es muy importante que se inicie bajo la supervisión de un fisioterapeuta con experiencia en suelo pélvico.
La fisioterapia consiste en realizar ejercicios (también llamados ejercicios de Kegel) para aprender a contraer y relajar bien la musculatura del suelo pélvico, ser conscientes de esta musculatura y ejercitarla. Se realiza la contracción del esfínter uretral y el esfínter anal (como si se quisiera cerrar el chorro de la orina o aguantar una ventosidad) de manera paulatina, y luego se relaja. Se recomienda hacer el ejercicio 10 veces y repetirlos tres veces al día. Habitualmente se empieza en posición de tumbado boca arriba y cuando ya se tiene práctica se puede hacer sentado o de pie.
Cuando se realizan estos ejercicios es recomendable seguir respirando, no contraer las nalgas y mantener los muslos relajados. No se recomienda hacer el ejercicio cuando se está orinando, pues puede desencadenar molestias y problemas miccionales.
Los ejercicios se pueden complementar con otros tipos de fisioterapia:
- El sistema de biofeedback ayuda al paciente a aprender a contraer la musculatura mediante monitorización con sensores especiales.
- La electroestimulación sirve como ejercicio de neuromodulación en algunos casos de incontinencia urinaria, o para acelerar el fortalecimiento muscular.
- La radiofrecuencia puede aliviar el dolor pélvico.
- Las técnicas de relajación tipo yoga o la meditación también pueden ayudar en la disfunción del suelo pélvico.
- La cirugía no se utiliza para el tratamiento de la disfunción del suelo pélvico excepto cuando hay algún tipo de prolapso de un órgano de la pelvis.
Por eso recomendamos siempre elegir un seguro medico que se adapte el cuadro medico al lugar de residencia, para evitar esperas y demoras en los diagnósticos y tratamientos que se precisen.