Tener una memoria episódica, significa recordar momentos o situaciones de la vida de una forma estructurada, es decir, cuando recordamos momentos especiales y nos acordamos de todo al detalle. A veces los recuerdos no siempre son tal y como se rememoran, pues a medida que avanza el tiempo, la mente suele distorsionarlos y termina por recordarlos de forma diferente, a como en realidad sucedieron.

El cerebro, tiene ciertas partes que están diseñadas especialmente, para recordar de forma ordenada, las situaciones que nos hayan ocurrido en nuestra vida. En este orden, el proceso de recordar un acontecimiento de tal forma, se realiza empezando por la recuperación de información en el hipocampo y se complementan por la corteza cerebral, para estructurar de forma episódica los eventos o situaciones vividas.

No obstante la memoria episódica puede deteriorarse, debido a los trastornos orgánicos que afectan principalmente al encéfalo, como por ejemplo algunos de los siguientes:

• Traumatismos cerebrales. Estos pueden deberse a accidentes, teniendo como consecuencia algunas alteraciones de la memoria de forma pasajera.
• Demencias. Algunos tipos de demencias, afectan de forma diferente a la capacidad de recordar, como por ejemplo podemos observar en algunas personas mayores que relatan sucesos de forma distinta a como ocurrieron realmente.
• Alzheimer. Al ser un tipo de demencia, se va perdiendo la capacidad cognitiva y el deterioro comienza por la pérdida de la memoria autobiográfica.

Para reducir la pérdida de la memoria episódica por alguno de los motivos anteriores, podemos recurrir a una serie de ejercicios que estimulan e involucran la memoria, como por ejemplo practicar ajedrez, leer textos o libros y revisar álbumes fotográficos para recordar los momentos vividos.