SEGURO DE AUTO DAÑOS METEOROLOGICOS

¿Qué daños cubre el Seguro de Coche en caso de desastres naturales?

La borrasca Filomena, el volcán de La Palma, las danas que han dejado gravísimas inundaciones a su paso… Todos ellos son desastres naturales que no podemos controlar y que pueden afectar de forma directa a nuestros bienes, incluyendo nuestro vehículo. ¿Qué sucede ante estas catástrofes? ¿El Seguro de Coche nos cubre en caso de desastres naturales?

Antes de lanzarte a descubrir qué coberturas hay (o no) en estos casos, debes tener en cuenta que, a la hora de buscar la póliza ideal para ti, también tienes que pensar en estas circunstancias puntuales. Encontrar el mejor Seguro de Coche para ti no solo es cuestión de valorar los acontecimientos que en el día a día puedan suponer un riesgo, sino que también hay que pensar en los eventos extraordinarios que pueden llegar a poner en riesgo la integridad de nuestro vehículo.

¿Nuestro Seguro de Coche nos cubre en caso de desastres naturales?

Lo primero es lo primero: no, ningún Seguro de Coche, ni siquiera aquellos a todo riesgo, cubren por completo todos y cada uno de los supuestos casos en los que nuestro coche puede sufrir daños. Y, ciertamente, no cubren los daños ocasionados por desastres naturales, terrorismo, rebelión o por actuaciones de las Fuerzas Armadas y similares en momentos de paz.

En caso de que tu vehículo quede dañado por desprendimientos de rocas, vientos huracanados, lava, inundaciones o por las consecuencias de una tormenta excepcionalmente fuerte, es al Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) a quien debes acudir. Sin embargo, existe una condición para poder recurrir a ellos: el Gobierno debe declarar la zona catastrófica por circunstancias excepcionales o no podrán reclamarse los daños ocasionados al coche.

Pongámonos en el supuesto de que en tu localidad una tormenta ha provocado inundaciones y estas han dañado tu coche. El Gobierno declara la zona catastrófica, así que puedes acudir al Consorcio de Compensación de Seguros para la indemnización. Sin embargo, antes de que te pongas manos a la obra, asegúrate de un par de cosas: que tienes contratado un seguro a todo riesgo o a terceros con alguna cláusula específica y de que tienes los pagos al día. Si cuentas con el seguro a terceros básico o no has pagado cuando te tocaba, el Consorcio no se hará cargo de arreglar tu vehículo o de compensarte por los daños, por eso es tan importante, a la hora de contratar tu Seguro de Coche online, fijarte bien en todo y no ir solo a lo mínimo imprescindible.

Otros casos en los que el Consorcio de Compensación de Seguros no se hace cargo de los desperfectos de tu coche son cuando el granizo, la nieve o la caída de un árbol son los que han provocado los daños. En este último caso, de hecho, es el dueño de la finca en la que estaba plantado el árbol el que debe compensarte por lo sucedido.

¿Qué fenómenos son cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros?

Los fenómenos naturales extraordinarios que quedan cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros son:

  • Terremotos.
  • Maremotos.
  • Inundaciones Extraordinarias.
  • Erupciones Volcánicas.
  • Tempestad Ciclónica Atípica, donde también se incluyen los vientos extraordinarios que tengan rachas superiores a los 120 km/h y los tornados.
  • Caídas de Cuerpos Siderales y Aerolitos.


En el caso de los fenómenos atmosféricos, sísmicos, caídas de cuerpos siderales y aerolitos y erupciones volcánicas se tienen que certificar mediante los informes realizados por la Agencia estatal de Meteorología (AEMET), el Instituto Geográfico Nacional y otros organismos públicos que son igual de competentes ante estas situaciones.

Además de estos fenómenos naturales, quedan cubiertos los hechos violentos que tengan lugar por acciones terroristas, rebeliones, motines e incluso las actuaciones de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Cómo hacer la reclamación al Consorcio de Compensación de Seguros

Si cumples con los requisitos que hemos comentado, estás listo para contactar con el Consorcio de Compensación de Seguros y hacer tu petición. Lo primero que tienes que hacer tras el accidente es ponerte en contacto con tu compañía de seguros para verificar si cubre lo que sea que haya sucedido o no. En caso de que no cubra los daños, tienes siete días para realizar la reclamación al Consorcio de Compensación de Seguros. Puedes contactar con ellos por teléfono, a través de su oficina virtual o puedes presentarte directamente en las delegaciones del Consorcio. A veces también puedes hacerlo a través de tu aseguradora, así que pregúntales primero a ellos.

Una vez que el Consorcio de Compensación de Seguros ha recibido y procesado tu reclamación, un perito tendrá que evaluar los daños y verificar la información que has proporcionado. Cuando hables con él deberás darle una copia de la póliza del Seguro del Coche (aunque te recomendamos que también tengas el original a mano) y un recibo que demuestre que estás al día en los pagos.

El Consorcio de Compensación de Seguros cubre otros casos: además de protegerte a nivel indemnización (respetando el importe estipulado en la póliza del seguro de tu coche), también se hace cargo de posibles gastos sanitarios, de grúa e incluso de salvamento si, por ejemplo, te has quedado atrapado en tu coche en medio de una carretera inundada y los bomberos han tenido que sacarte de allí. Si el coste de reparación de tu vehículo es superior al valor venal del mismo, será declarado siniestro total y te abonarán el valor venal del coche.

Como nunca se sabe lo que puede pasar, ten siempre en cuenta estas cuestiones a la hora de contratar o renovar el segundo de tu coche. Revisa las coberturas que tienes contratadas, asegúrate de que estás “cubierto” en caso de desastres naturales, ¡y mantente siempre al día con los pagos!

DIFERENCIAS ENTRE NODULO Y TUMOR

Saber diferenciarlos es clave para entender mejor un diagnóstico y actuar a tiempo. Descubre sus características, cuándo pueden ser benignos o malignos y qué hacer si detectas un bulto en tu cuerpo.

¿Qué es un nódulo?

Un nódulo es un bulto o masa anormal que puede formarse en diferentes partes del cuerpo. Se produce cuando hay una acumulación localizada de tejido o células, y puede variar en tamaño desde milímetros hasta varios centímetros. Los nódulos pueden aparecer en órganos como la tiroides, las mamas, los pulmones o la piel.

Características principales:

  • Textura: puede ser firme o blando.
  • Movilidad: algunos nódulos son móviles (se mueven al tocarlos), mientras que otros están fijos.
  • Causa: los nódulos pueden aparecer por infecciones, inflamaciones, quistes (sacos llenos de líquido), o incluso por razones desconocidas.

Un ejemplo común es un nódulo tiroideo, que muchas veces es benigno, pero en ocasiones puede estar relacionado con enfermedades como el cáncer de tiroides. Otro caso frecuente son los nódulos mamarios, que pueden ser benignos (como los fibroadenomas) o requerir estudios adicionales si se detectan anomalías.

¿Y qué es un tumor?

Un tumor es una masa anormal de tejido que se forma cuando las células del cuerpo crecen y se dividen de manera descontrolada. A diferencia de los nódulos, los tumores suelen estar asociados a un crecimiento celular desregulado y pueden clasificarse en dos categorías principales:

  • Benignos: no son cancerosos y, por lo general, no se diseminan a otras partes del cuerpo. Ejemplo: los lipomas, que son tumores grasos.
  • Malignos: son cancerosos, tienen capacidad de invadir tejidos cercanos y de diseminarse a través de la sangre o el sistema linfático (metástasis).

En las mamas, un tumor maligno podría ser un carcinoma mamario, mientras que en los testículos, un ejemplo sería un tumor testicular de células germinales.

¿Por qué se confunden ambos términos?

La confusión surge porque tanto los nódulos como los tumores son «bultos» o masas detectables mediante palpación o estudios de imagen. Además, ambos pueden ser benignos o malignos. Sin embargo, el término «tumor» suele asociarse al cáncer, mientras que «nódulo» puede tener una connotación más general y no necesariamente indica malignidad.

¿Cómo se diagnostican?

El diagnóstico de un nódulo o tumor incluye varios pasos:

  • Autoexploración: muchas veces, los nódulos en mamas, testículos o cuello son detectados por las personas durante una autoexploración.
  • Evaluación médica: el médico realizará una historia clínica y exploración física para evaluar las características del bulto.
  • Pruebas de imagen: estudios como ecografías, mamografías o resonancias magnéticas ayudan a determinar el tamaño, la forma y la composición del nódulo o tumor.
  • Biopsia: si es necesario, se tomará una muestra de tejido para analizarla bajo el microscopio y determinar si es benigno o maligno.

Ejemplos específicos y qué hacer si detectas uno

  • Tumores testiculares: Un bulto en los testículos podría ser un tumor benigno como un quiste epididimario o algo más serio como un cáncer testicular. Es más frecuente en hombres jóvenes. Realiza autoexploraciones mensuales. Si notas un bulto duro, doloroso o cambios en el tamaño de un testículo, acude al médico de inmediato para un ultrasonido escrotal.
  • Nódulos tiroideos: Cerca del 50% de las personas tienen nódulos en la tiroides, pero solo un pequeño porcentaje es maligno. Si notas un bulto en el cuello, especialmente si es firme o crece rápido, consulta a un endocrinólogo. Este puede solicitar una ecografía y, en algunos casos, una biopsia por aspiración con aguja fina.
  • Nódulos en las mamas: Es común detectar bultos en las mamas, especialmente durante la autoexploración mensual. Un fibroadenoma (tumor benigno) es una causa frecuente, pero algunos bultos pueden requerir más estudios para descartar un cáncer de mama. Si detectas un bulto, no te alarmes de inmediato. Agenda una consulta con tu médico para realizar un examen clínico y, si es necesario, una mamografía o ultrasonido.

Recomendaciones generales

  • Mantén la calma: la mayoría de los nódulos y tumores no son malignos, pero requieren evaluación.
  • Consulta a un médico: si detectas un bulto o masa, busca atención médica. No ignores los síntomas, incluso si el bulto parece pequeño o indoloro.
  • Haz autoexploraciones: dedica tiempo cada mes a revisar tus mamas, testículos y cuello. Conocer tu cuerpo es clave para detectar cambios.
  • Sigue los estudios necesarios: las pruebas de imagen y las biopsias son cruciales para obtener un diagnóstico preciso.

Aunque los términos «nódulo» y «tumor» se usan de manera intercambiable, tienen diferencias importantes. Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia, especialmente si el bulto resulta ser maligno. Escucha a tu cuerpo, mantente atento a los cambios y no dudes en buscar ayuda médica.

SEGURO DE HOGAR DAÑOS METEOROLOGICOS

Sí, si tu hogar sufre daños, tanto en el interior como en el exterior, a consecuencia del viento (superior a 80km/h), lluvia (de más de 40 litros por metro cuadrado), pedrisco, granizo o nieve. Incluso si se producen desperfectos como consecuencia del impacto de un rayo, tu hogar estará protegido.

Depende del tipo de póliza contratada

Dependiendo del tipo de seguro de hogar y de la amplitud de garantías que contrates podrás estar protegido de los daños materiales que los fenómenos atmosféricos causen en tu vivienda, aunque es una garantía básica y común en todos los seguros de hogar.

En cualquier caso, debes estudiar las condiciones generales y particulares de tu contrato para saber en qué casos tienes derecho a reclamar una indemnización a tu compañía y cuáles son los límites establecidos en cada caso.

¿Qué fenómenos meteorológicos se incluyen?

Si están incluidos los desperfectos causados por fenómenos meteorológicos estarás protegido en los siguientes casos:

  • Lluvia: incluye en este caso un límite mínimo para la intensidad de la lluvia, así como las inundaciones derivadas de la misma.
  • Pedrisco: cubre los daños por granizo, por regla general, independientemente de su intensidad.
  • Nieve: no suele fijarse una intensidad de precipitación mínima. Se cubren los daños por el desprendimiento de nieve acumulada o por el exceso de peso que puedan llegar a crear.
  • Viento: dependiendo de la compañía y del seguro de hogar, pueden establecerse una intensidad mínima de 75, 80 o más de 90 kilómetros por hora.
  • Caída de rayos: cubre los daños provocados por una descarga eléctrica.

¿Qué ocurre con los fenómenos calificados como catastróficos?

No están incluidos los desperfectos causados por fenómenos meteorológicos de cualquier magnitud. Ante riesgos extraordinarios que sean calificados como catástrofes y excluidos por los seguros de hogar se hace cargo el Consorcio de Compensación de Seguros y Riesgos Extraordinarios. En concreto, protege a los propietarios en los siguientes casos: terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, caída de cuerpos siderales, inundaciones extraordinarias o tempestades clónicas atípicas.

SINDACTILIA: QUE ES Y SUS TRATAMIENTOS

La sindactilia afecta, aproximadamente, a 1 de cada 2.500 bebés y es una malformación que se produce durante el embarazo, cuando el cuerpo del feto no elimina correctamente las células anormales o que ya no son necesarias.  

Puede afectar a los dedos de las manos o a los dedos de los pies y existen 2 tipos diferentes en función de la complejidad de la malformación.  

¿Qué es la sindactilia? 

La sindactilia es una malformación que presentan algunos bebés al nacer, que consiste en la aparición de 2 o más dedos unidos entre sí. Puede darse en las manos o en los pies.  

Por norma general, los dedos están unidos entre sí por la piel, a lo que se le llama sindactilia simple, aunque también puede presentar la unión a través de los huesos y las uñas, a lo que se le llama sindactilia compleja.  

La sindactilia compleja no es tan común como la simple, pero también existen personas que presentan dicha malformación. 

Además, también se puede identificar la sindactilia leve, que sólo presenta una pequeña unión de la piel, o la completa, que es cuando la unión se alarga a lo largo del dedo. Y, en ambos casos, puede ser simple o compleja.  

Causas de la sindactilia 

La sindactilia se produce cuando, durante el embarazo, el cuerpo del bebé no es capaz de eliminar aquellas células que no son necesarias o que presentan anomalías.  

Las causas más comunes que influyen en su aparición son: 

  • Por razones hereditarias 
  • Por presentar Síndrome de Down 

Pero, además, existen otras causas que también pueden influir en su aparición pero que son mucho menos frecuentes. Éstas son: 

  • Por ingesta, durante el embarazo, de un medicamento llamado hidantoína (fenitoína).  
  • Síndrome de Apert 
  • Síndrome de Carpenter 
  • Síndrome de Cornelia de Lange 
  • Síndrome de Pfeiffer 
  • Síndrome de Smith-Lemli-Opitz 

En cualquier caso, la detección de la sindactilia se detecta en el momento del nacimiento o cuando se acude a la consulta médica para una revisión del recién nacido. Ya que es muy complicado poder detectarla en una ecografía durante el embarazo.  

Pese a que existen tratamientos, no se puede prevenir.  

Además, para poder determinar el tipo de sindactilia que es, si es simple o compleja, es necesaria una radiografía. Una vez se realiza esta prueba, el médico especialista podrá determinar de qué tipo se trata y cuál es el tratamiento correspondiente en función de las necesidades del paciente.

Zonas donde puede aparecer la sindactilia 

 La sindactilia puede aparecer en las manos y en los pies. Ya que son las 2 partes del cuerpo en las que hay dedos.  

Los dedos que suelen tener dicha afectación son el anular, el meñique, el pulgar y el índice.  

A veces, sólo están unidos por un lado y, a veces, por ambos lados.  

Los pacientes que presentan esta malformación pueden llevar a cabo una vida normal y sus funciones básicas no tienen por qué verse alteradas. Además, no produce dolor.  

Aunque cuando se trata de actividades más minuciosas, sobre todo en las manos, es posible que existan más dificultades, pero en función del tipo de sindactilia será más o menos severa.   

Cómo tratar la sindactilia 

La sindactilia del pie suele ser una cuestión estética y no influye para nada en la calidad de vida del paciente. El niño que la padece podrá correr, saltar, andar y jugar como cualquier otro niño. 

Pero cuando la malformación produce afecciones más complejas, sobre todo en las manos, y sí interfieren en la vida del paciente, el médico especialista será quien decida cuál es el mejor tratamiento a seguir.  

En los casos que son necesarios, el tratamiento puede pasar por una operación quirúrgica en la que se separen los dedos. Cuando se trata de la separación de la piel, es mucho más sencilla, pero cuando es una sindactilia compleja, en la que los huesos y las uñas están unidas, la intervención es más difícil y requiere de un procedimiento más concreto.  

Así mismo, la recuperación de una intervención por sindactilia compleja es más lenta que en la simple.  

Por norma general, la intervención suele llevarse a cabo cuando el bebé tiene entre 1 y 2 años de edad. Y, tras ella, el especialista médico recomendará hacer terapias ocupacionales y ejercicios que ayuden a una pronta y correcta recuperación.  

La sindactilia es más frecuente de lo que parece y muchas personas lo heredan de sus progenitores sin que esta malformación esté asociada a ningún síndrome en concreto.  

CONDUDIR A BAJAS REVOLUCIONES ¿ES MALO?

Existe una falsa creencia de que conducir a bajas revoluciones es sinónimo de bajo consumo, pero esto es un error ya que este tipo de conducción puede producir algunas averías que, a la larga, pueden ser más caras que el consumo ahorrado.

En general, un motor medio de gasolina cuenta con su rango óptimo de revoluciones entre las 2.500 y las 4.000 revoluciones por minuto. Sin embargo, un motor diésel medio suele acomodarse algo antes entre 1.800 y 3.000 rpm o incluso menos.

Eficiencia de combustible con conducción a bajas revoluciones

La conducción a bajas vueltas no siempre se convierte en ahorros de combustible, aunque puede aumentar la eficiencia de consumos en algunos casos, al no hacer trabajar al motor con gran esfuerzo.

En un escenario de conducción por vías rápidas en carretera y con una velocidad de crucero mantenida, el motor no se somete a grandes esfuerzos y resulta muy fácil mantener esa velocidad prácticamente constante con simples roces del pedal del acelerador, generando así un trabajo fácil mecánico para el motor.

Algunos modelos incluso cuentan con sistemas de desconexión de cilindros en los momentos de baja exigencia del motor, cosa que contribuye aún más a una potencial reducción de consumos.

No siempre es así, ya que, en estas condiciones, la reducción de consumo puede estar vinculada al diseño del motor y a las condiciones específicas de la conducción.

Si, por ejemplo, se está subiendo una pendiente a muy bajas revoluciones, lo más probable es que inmediatamente le falte fuerza con una neta perdida de velocidad consecuentemente ya que el motor está siendo forzado a no ofrecer la fuerza y potencia necesaria.

En este caso, sin duda, seguramente se está gastando más combustible que en el caso de bajar una o dos marchas, ya que, al girar el motor muy lento en una fase de alta carga, no es capaz de quemar todo el combustible necesario para impulsar adecuadamente la subida.

Exactamente igual ocurre en el momento de realizar un adelantamiento a bajas revoluciones, que es un momento en el que se requiere toda la potencia del motor y se le fuerza a trabajar a bajas vueltas.

Respuesta del vehículo a bajas revoluciones

Las respuestas de un vehículo se pueden reducir de forma inmediata al conducir a bajas vueltas, en especial en situaciones que requieren rápidas aceleraciones, como adelantamientos o subidas en cuesta (como hemos visto), lo que también puede suponer riesgos de seguridad para los ocupantes del vehículo en dichas circunstancias.

Es fundamental conocer bien el rango óptimo de revoluciones de motor para obtener siempre una respuesta adecuada y directa en momentos de necesidad, reduciendo marchas si es necesario hasta alcanzar el rango óptimo de revoluciones necesarias para el esfuerzo de motor necesario, notando en dicho momento que el motor empuja con fuerza.

Bajas revoluciones y el desgaste del motor

Conduciendo de forma constante a bajas revoluciones probablemente con una marca más alta de lo necesario, puede aumentar, sin duda, el desgaste del motor como consecuencia de una lubricación menos efectiva y una carga superior del sistema de transmisión.

La generación de vibraciones por sometimiento del motor a esfuerzos que no es capaz de conseguir suele traducirse en potenciales averías de futuro, teniendo que enfrentarse posiblemente a costosas reparaciones.

En los motores diésel los sistemas anticontaminación (FAP, EGR, etc.) precisan de temperaturas determinadas para poder trabajar con la eficacia esperada y para poder regenerarse. Estos sistemas terminan.

Esta situación es perfectamente detectable en la ITV, e impide que el vehículo sea apto hasta que solvente el problema.

La conducción a bajas vueltas puede, además de incrementar los consumos, también alterar las emisiones, sea por colapso de los sistemas anticontaminación que por una combustión menos completa del combustible en el cilindro.

Conclusiones sobre la conducción a bajas revoluciones

En definitiva, la conducción a baja vueltas puede ser eficiente en términos de consumo en determinadas situaciones, pero es siempre necesario equilibrar todo ello con una necesidad correcta de respuesta del motor para evitar siempre situaciones que podrían desembocar en desgastes excesivos del motor. En todo caso lo mejor será siempre seguir las recomendaciones del fabricante del vehículo en cuanto a los regímenes óptimos del motor, adecuando su funcionamiento a las necesidades y requisitos de cada momento. Es también necesario conocer bien la relación de marchas del coche en el caso de que sea con cambio manual, cosa que se domina con el tiempo, para así anticiparse y saber en cada momento cual es la relación adecuada.

DISLALIA, ¿QUE ES Y CUALES SON SUS SINTOMAS?

La dislalia es un trastorno del habla que afecta a muchos niños en sus primeros años de desarrollo. Este problema se caracteriza por la dificultad para articular ciertos sonidos, lo que puede llevar a una pronunciación incorrecta de palabras. La dislalia, que es un problema en la articulación de los fonemas, donde los niños sustituyen, omiten o distorsionan ciertos sonidos. Un ejemplo de dislalia sería un niño que dice “tasa” en lugar de “casa” o “tato” en lugar de “gato”. Si sospechas que tu hijo tiene dislalia, puedes visitar a tu de tu seguro de salud completo. 

Es fundamental no confundir la disartria y dislalia. La disartria es un trastorno del habla causado por una lesión en el sistema nervioso que afecta a la coordinación y fuerza de los músculos necesarios para hablar. En cambio, la dislalia generalmente no está relacionada con problemas neurológicos y se centra en la articulación incorrecta de los sonidos.

Otro punto de confusión puede surgir entre dislexia y dislalia. La dislexia es un trastorno del aprendizaje que afecta la capacidad de leer y comprender textos escritos, mientras que la dislalia se centra en la producción del habla. Aunque ambos pueden coexistir en un individuo, sus causas y manifestaciones son diferentes y requieren enfoques distintos en su tratamiento.

¿Qué síntomas presenta la dislalia?

Los síntomas de la dislalia pueden variar dependiendo de la severidad y del tipo específico del trastorno, pero generalmente incluyen:

  • Dificultad para pronunciar correctamente ciertos sonidos, como la sustitución, omisión, distorsión o adición de sonidos en las palabras.
  • Problemas para coordinar los movimientos precisos de la lengua, labios y mandíbula necesarios para articular sonidos específicos.
  • Dificultades para entender o usar correctamente el lenguaje oral, lo que puede afectar la comunicación efectiva y la interacción social.

Es fundamental que los padres y cuidadores estén atentos a estos síntomas de la dislalia infantil, ya que un diagnóstico temprano puede facilitar el tratamiento adecuado y mejorar el desarrollo del lenguaje del niño. Consultar a un especialista en foniatría o logopedia es clave para evaluar y abordar las necesidades individuales del niño.

En Adeslas, entendemos la importancia de la salud infantil y el desarrollo adecuado del lenguaje. Con nuestro seguro médico, se ofrece acceso a profesionales cualificados que pueden ayudar en el diagnóstico y tratamiento de trastornos del habla como la dislalia, asegurando un apoyo integral para la salud y bienestar de tu hijo.

Qué tipos de dislalia existen

En función de las causas de la dislalia, desde problemas auditivos, falta de estimulación lingüística adecuada, hasta imitación de modelos incorrectos de habla; existen varios tipos de dislalia:

Dislalia evolutiva

Es común en niños pequeños durante el desarrollo del habla y generalmente, se resuelve con el tiempo.

La dislalia evolutiva abarca aquellos errores que suelen ser parte natural del proceso de adquisición del lenguaje y pueden incluir sustituciones, omisiones, distorsiones o adiciones de sonidos. A medida que el niño madura y su sistema fonológico se desarrolla, estos errores tienden a corregirse de forma espontánea. 

Dislalia audiógena

Esta dislalia es debida a dificultades auditivas que afectan a la percepción adecuada de los sonidos del lenguaje, lo que resulta en dificultades para discriminar y reproducir los sonidos lingüísticamente precisos. Aquellos con dislalia audiógena pueden realizar sustituciones, omisiones, distorsiones o adiciones de sonidos en palabras debido a su incapacidad para escuchar con claridad y precisión.

Dislalia orgánica

En este tipo de dislalia, los errores en la articulación del habla se deben a alteraciones estructurales o anatómicas en los órganos del habla como el paladar, la lengua o los labios. Estas anomalías físicas afectan a la ejecución correcta de los movimientos necesarios para la producción de sonidos específicos del habla. 

Dislalia funcional

En este caso, la dislalia es el resultado de dificultades en la organización y ejecución de los movimientos articulatorios necesarios para la correcta producción de los sonidos del lenguaje. Los niños con dislalia funcional pueden presentar sustituciones, omisiones, distorsiones o adiciones de sonidos en palabras y frases, afectando a la inteligibilidad del habla.

 ¿Hay tratamiento para la dislalia infantil?

Sí, la dislalia infantil puede ser tratada con intervención adecuada y temprana. El tratamiento se centra principalmente en corregir los errores de pronunciación y mejorar la articulación del habla. Algunas de las intervenciones más comunes incluyen:

  • Terapia logopédica: las sesiones de terapia logopédica pueden incluir ejercicios para fortalecer los músculos orales, mejorar la discriminación auditiva y practicar la pronunciación correcta de los sonidos.
  • Ejercicios y actividades específicas: se utilizan juegos, actividades y ejercicios diseñados para trabajar los sonidos específicos que el niño tiene dificultades para pronunciar. 
  • Apoyo familiar y entorno educativo: es crucial la participación de los padres y educadores en el proceso de tratamiento. Recibir orientación sobre cómo apoyar al niño en casa y en la escuela, refuerza los avances logrados en la terapia.
  • Corrección de factores subyacentes: en algunos casos, se puede identificar y abordar factores subyacentes que contribuyen a la dislalia, como problemas auditivos o dificultades en el desarrollo del lenguaje.

Es importante iniciar el tratamiento lo antes posible, idealmente antes de los 6-7 años, cuando el sistema fonológico está en una etapa crítica de desarrollo. Con la intervención adecuada, muchos niños experimentan mejoras significativas en la pronunciación y la comunicación oral, facilitando su desarrollo académico y social.

EL VALOR DE RECONSTRUCCION EN VIVIENDA

Cuando se habla del valor de reconstrucción de una vivienda, muchas personas lo confunden con el valor catastral o con el precio de mercado. Sin embargo, este concepto es clave, especialmente a la hora de contratar un seguro de hogar, ya que determina cuánto costaría reconstruir tu vivienda desde cero en caso de un siniestro. Este cálculo incluye una gran cantidad de factores, desde los materiales de construcción hasta la mano de obra, pero, ¿Cómo podremos calcular? A continuación, lo explicamos.

¿Qué es el valor de reconstrucción de una vivienda?

El valor de reconstrucción de una vivienda representa el costo necesario para reconstruir tu vivienda a su estado original después de producirse algún tipo de daño total, como un incendio o una inundación.

Es importante destacar que este valor no incluye el precio o valor del terreno donde se encuentra, sino solamente el propio valor material de la vivienda, ya que se entiende que la parcela no es necesaria reconstruirla en ningún caso.

Tampoco tiene en cuenta el valor del inmueble en el mercado, solo se limita al valor de la supuesta obra necesaria para reconstruirlo. Ni siquiera contempla el contenido, es decir, los muebles y electrodomésticos.

¿Qué factores influyen en el valor de reconstrucción?

Precios de materiales y acabados

A la hora de calcular el valor de reconstrucción, deberemos tener en cuenta el valor de los materiales de construcción, que variarán en precio dependiendo de la calidad y disponibilidad. En este punto contaremos todos los materiales necesarios para llevar a cabo la obra de reconstrucción, desde el cemento y los ladrillos, hasta las ventanas y puertas.

Incluso no solo los materiales intrínsecos de obra, sino también los revestimientos y acabados como los pavimentos, pinturas o azulejos de baños y cocinas.

Es decir, una vivienda con acabados estándar tendrá un coste diferente al de una con acabados de alta calidad.

Mano de obra y tareas específicas

También se tiene en cuenta el coste de la mano de obra que incluirá tanto a los albañiles como a otros profesionales necesarios para reconstruir la vivienda. Este es uno de los factores más importantes, ya que los sistemas constructivos que conforman la casa pueden determinar en gran medida qué tipo de mano de obra será necesaria para su reconstrucción. Por ejemplo, si la tabiquería interior es de pladur tendrá un precio de mano de obra muy diferente a si es de ladrillo.

¿Cómo calcular el valor de reconstrucción?

Existen varias formas viables de calcular el valor de reconstrucción de tu vivienda como, por ejemplo:

En función de metros cuadrados

Para hacer una primera aproximación, multiplica la superficie construida por el coste promedio de reconstrucción por metro cuadrado en tu zona. Este valor puede variar, pero suele oscilar entre los 800 y 1500 €/m2 dependiendo de los acabados y calidades.

Calculadora de valor de reconstrucción

Muchas aseguradoras ofrecen herramientas online para estimar el valor de reconstrucción para los seguros del hogar. Estas calculadoras tienen en cuenta cuestiones como el tamaño de la vivienda, el tipo de materiales y la ubicación geográfica para ofrecer una cifra aproximada.

Consulta con un profesional

Un arquitecto, aparejador o un perito puede ayudarte a determinar un cálculo más exacto. Para ello, tendrá que realizar un estudio de la vivienda y establecer unas mediciones de las partidas necesarias para reconstruirla. Este análisis incluye una evaluación detallada de los materiales y mano de obra de todos los elementos constructivos de la vivienda.

Revisa el valor catastral

Aunque el valor catastral no es sinónimo del valor de reconstrucción, puede servir como referencia inicial, eso sí, ajustándolo al estado actual de la vivienda.

La importancia del valor de reconstrucción

Un cálculo incorrecto del valor de reconstrucción podría tener graves consecuencias.

  • Infraseguro: Si el valor está subestimado, tu seguro podría no llegar a cubrir todos los gastos en caso de siniestro.
  • Sobrecoste: Un valor sobreestimado incrementará las primas del seguro innecesariamente.

Por eso, calcular correctamente el valor de reconstrucción no solo garantiza que tu vivienda esté protegida, sino que también evita que pagues de más por tu póliza.

LOS 6 BENEFICIOS DEL AMOR EN LA SALUD

No lo decimos nosotros sino los científicos con numerosos estudios en los que demuestran que el amor es beneficioso para la salud, además de una de las emociones básicas en el ser humano. Y es que este sentimiento del que tanto se habla en estos días produce una serie de reacciones químicas en nuestro organismo que nos afectan de manera muy positiva.

Mejora las defensas

El amor hace que en nuestro cuerpo se liberen endorfinas y la sensación de felicidad aumenta, lo que provoca que actúe como un antidepresivo natural.
Por si no fuera poco con esta sensación de bienestar, las endorfinas provocan que el sistema inmunológico funcione mejor.

Rejuvenece la piel

“¡Qué guapa estás!, ¡qué bien te sienta el amor!” Frase que alguna vez has oído, ¿verdad? Pues es normal porque este sentimiento aumenta los niveles de estrógenos, por lo que la piel mejora y crea una sensación de rejuvenecimiento facial. Mucho mejor y más natural que un lifting.

Disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares

Era imposible que el amor no fortaleciese el corazón. Así que este sentimiento tan bonito ayuda a la producción de dopamina, oxitocina y norepinefrina; tres sustancias que ayudan a reducir los riesgos de enfermedades cardiovasculares.

Reduce los niveles de estrés

¿Has visto a algún enamorado estresado? Difícil, ¿verdad? Esto se debe a que el amor ayuda a reducir los niveles de cortisol que es la hormona que liberamos cuando vivimos alguna situación de estrés.

Aumenta la autoestima y la vitalidad

Una cosa que tienen todos los enamorados en común es que tienen más vitalidad y una sensación de bienestar completa. Esto se debe a que en este estado se libera melatonina que ayuda a mejorar la autoestima.

Mejora el descanso

La oxicitona de la que hablábamos antes también ayuda a que nuestro cuerpo descanse plenamente por las noches y nuestro organismo pueda reparar el sistema nervioso durante el sueño.
Si a estas alturas no estás convencido de que el amor es uno de los mejores aliados para tener una salud de hierro, ya no sabemos que más decirte. Bueno…sí, que por mucho amor que tengas en tu vida nunca está de más contar con una ayuda extra como son los seguros de salud. Con esta combinación acertarás seguro.

¿QUE HACER SI TE QUEDAS SIN FRENOS?

Los coches modernos tienen herramientas tecnológicas para avisar cuando el sistema de frenado está fallando por alguna razón, pero también hay indicadores que te facilitan el proceso de detección de fallos: neumáticos que chirrían al intentar frenar, un pedal de freno al que haya que aplicarle más fuerza de la habitual o un pedal que frene poco suelen ser indicativos de tener poco líquido de frenos, de pastillas desgastadas o de ‘fading’ o fatiga, es decir, que estén perdiendo fricción.

Lo que debes hacer

¿Pero qué pasa si a pesar de las revisiones y las precauciones, los frenos del coche nos fallan cuando vamos en movimiento? En una situación semejante puede costarte un poco reaccionar a tiempo, pero si conoces de antemano tus opciones, sin duda tu capacidad de maniobra será mucho más alta.

 Lo primero es dejar de acelerar y no perder de vista la carretera en ningún momento, por más nervioso que estés. Dirígete, en la medida de lo posible, a un carril de frenado, tocando el claxon o encendiendo las luces largas y así avisar al resto de los coches de tu situación. Si no tienes un carril de frenado cerca, intenta salirte poco a poco de la vía, de la manera más controlada posible, para evitar que otros vehículos resulten perjudicados.

Lo que no debes hacer

Hay dos reacciones comunes en este tipo de situaciones: creer que el freno de mano puede detener el coche rápida y efectivamente, o creer que apagando el motor el vehículo se detendrá por sí solo. Sin embargo, no solo ninguna de las dos opciones es de mucha ayuda, sino que pueden terminar perjudicando todavía más.

Nunca tires del freno de mano de una manera brusca, pues no es un método efectivo para detener un coche que va a más de 30 km/h. Hacerlo, por el contrario, puede bloquear las ruedas traseras de tu coche, impidiéndote girar o maniobrar y haciendo que pierdas el control. Lo mismo ocurre si apagas el motor para intentar que el coche se detenga: la dirección se pondrá demasiado dura y girar será mucho más lento y difícil, lo que puede ocasionar colisiones.

Lo que sí puedes hacer, es intentar reducir las marchas de tu vehículo, para ir reduciendo la velocidad poco a poco. Puesto que ibas en movimiento, el coche mantendrá cierta velocidad por inercia. Si aun así, sigues sin recuperar el control total, otra opción es acercarse a los quitamiedos de la carretera o al borde de la vía para intentar frenar el coche por fricción lateral. Obviamente esto se ha de hacer poco a poco y con mucha precaución.

Para evitar estas situaciones, recuerda que tu vehículo a de pasar todas las inspecciones necesarias y tener un seguro de coche o un seguro de furgoneta que vele por tu seguridad nunca está de más.

SALMONELLA: SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO

Cada año, millones de personas se intoxican con alguna bacteria de origen alimenticio. La salmonelosis es la más conocida y causa, anualmente, a nivel mundial, más de 100.000 fallecimientos, según la Organización Mundial de la Salud por esta bacteria. 

Qué es la salmonella

La salmonella o salmonelosis, es una bacteria que afecta principalmente a los animales y su contagio a humanos viene precedido por la ingesta de estos animales o de productos derivados. 

Este patógeno se adhiere a las paredes del tubo intestinal del huésped y cuando es ingerido por el humano suele provocar gastroenteritis.  

Los síntomas por salmonelosis empiezan a manifestarse 72 horas después de la ingesta, pudiendo provocar calambres abdominales, diarrea y fiebre. 

Aunque no suele ser lo habitual, podemos encontrar casos en los que se puede producir deshidratación. En cuyo caso es imprescindible acudir de inmediato a un centro hospitalario. 

El contagio por salmonelosis en países desarrollados suele ser bajo, dado que existen exhaustivos controles alimenticios.

Las causas de contagios en estas zonas suelen ser provocadas por alimentos crudos como el huevo con salmonela o productos no pasteurizados, en el caso de los lácteos. 

El riesgo de contraer salmonela es más alto cuando ingieres alimentos en zonas donde no tengan agua potable ni su sistema de alcantarillado sea el apropiado. Y estas zonas suelen localizarse en países aún subdesarrollados, y su contagio sí puede llegar a ser letal.

Síntomas

La infección por salmonella es debida a la ingesta de alimentos. Éstos suelen ser carne de animales, principalmente de aves, o productos como el huevo o la leche no pasteurizada. Una vez consumido el alimento infectado por salmonella, se produce un periodo denominado incubación, que suele tardar entre 8 horas y 6 días. 

Los primeros síntomas de la salmonella, tras el periodo de incubación, pueden confundirse con una simple gripe estomacal ya que comienza a manifestarse con calambres en el estómago, febrícula y dolor de cabeza. 

A medida que la bacteria se va integrando en las paredes estomacales, la infección se agrava y provoca síntomas como diarrea, cólicos, fiebre de hasta 40º, náuseas, vómitos, escalofríos, dolores de cabeza más intensos o incluso aparecer sangre en las heces.  

Generalmente estos síntomas suelen desaparecer a los pocos días, aunque en los países por desarrollar la bacteria puede provocar fiebre tifoidea y esta sí puede llegar a ser mortal. 

¿Se puede contagiar la salmonella?

La salmonelosis sí es una enfermedad contagiosa. 

El contagio se produce por el contacto con la bacteria y dado que los alimentos que la contienen se ingieren se produce una intoxicación alimentaria. 

La salmonella es expulsada a través de las heces y, dado que se trata de un patógeno resistente, puede sobrevivir durante semanas en ambientes muy secos o durante meses en el agua. 

El contagio viene producido por la ingesta de la bacteria de forma directa, pero también podemos contagiarnos de forma indirecta, mediante el contacto con animales o personas infectadas y, comúnmente, debido a la falta de una buena conducta de higiene. 

Por estos motivos podemos afirmar que es contagiosa la salmonela.

Cómo eliminar la salmonela de los alimentos

La salmonella en huevos, habitualmente, viene derivada por la presencia de gallinas infectadas. El huevo crudo que suele usarse para la creación de salsas, no está tratado para la eliminación de las posibles bacterias como la salmonella. 

En las carnes, el contagio se puede producir debido a que éstas entran en contacto con las heces de animales contagiados durante la matanza. 

En casos de salmonela de productos como el pescado es debida a la contaminación del agua, y ocurre sólo en el pescado fresco. 

Estos casos se pueden prevenir tratando los alimentos, poniendo en práctica principalmente la higiene y la debida conservación de los mismos. 

Mantener una buena refrigeración en los alimentos o un apropiado almacenamiento de los productos que puedan tener salmonella, evitando mantener el contacto de éstos con otros alimentos.

Evitar el contacto de carnes crudas con otros alimentos ,o cocinarlos durante al menos 10 minutos a la temperatura adecuada, son algunas de las recomendaciones para eliminar la salmonela de los alimentos. 

La salmonela es una enfermedad que se puede prevenir teniendo buenos hábitos de higiene y una buena conservación de los alimentos. En caso de contagiarse y tener los primeros síntomas, no dudes acudir a un profesional médico, aunque no es peligrosa, tratarla de manera poco adecuada puede derivar en complicaciones médicas graves.