Aunque no lo creas, las emociones nos afectan a nuestra espalda. Cuando tenemos malas posturas, se producen fuertes dolores en la zona trasera de nuestro cuerpo pero además, las emociones también pueden provocarnos este tipo de dolores y molestias. Debemos saber, que los sentimientos reprimidos no solo afectan a nuestra vida, sino que también condicionan nuestro físico. El estrés, la ansiedad y las preocupaciones, son factores que terminan sobrecargando la espalda.
Uno de los principales motivos que produce la sobrecarga en la espalda, es el estrés, una condición que afecta a muchas partes del cuerpo, además de afectar a nuestro estado emocional. Por esta razón, se generan afecciones orgánicas, musculares y sobre todo, mentales. En nuestro dorso, se encuentra un punto de referencia en la musculatura de la parte superior, ahí podemos saber cómo nos sentimos, pues cuando se tiene el cuello derecho, relajado y sin ningún tipo de tensiones, quiere decir que sientes bienes, en cambio, cuando el cuello está inclinado hacia adelante, se demuestra que hay algún tipo de tristeza o malestar.
Además, cuando la musculatura del dorso se encuentra rígida, esto produce una mala respiración, provocando que nos sintamos más cansados, con dolores de cabeza, con molestias digestivas y hasta con la vista cansada. Los pensamientos y actitudes, pueden llegar a producirnos diferentes estados de dolor. La relación que tienen los sentimientos con las molestias en el cuerpo son:
- En las dorsales, inclinándonos hacia adelante, como cuando existe una sobrecarga emocional.
- En las lumbares, la parte más importante de la espalda, se encara de sostener nuestro cuerpo y cuando hay dolor, suele acompañarse con inflamación.
- En el centro de la espalda. Aquí se localiza la afectividad y la culpa emocional, demostrando también la ansiedad, la tristeza o la inquietud.
- En el coxis, cuando hay alguna molestia en esta zona, se pueden provocar irritaciones en la vejiga, el ano o en la próstata.
Para mejorar estos dolores en la espalda, lo mejor es que intentes adoptar siempre unos buenos hábitos posturales, así como también llevar tus emociones a ser lo más positivas y llevar cada día con calma, positivismo y equilibrio.