Riesgos de fumar durante el embarazo

Tanto la exposición como el consumo directo del tabaco, produce una serie de riesgos graves a todas las personas. Para las mujeres embarazas, esto no cambia, pues les afecta tanto a ellas como al feto, por lo que es importante eliminar este hábito lo antes posible. La nicotina, es una sustancia adictiva que tiene un impacto en el autocontrol de las personas y por otro lado el humo de los cigarrillos, contienen aún más sustancias químicas, todas ellas perjudiciales para la salud del propio fumador y la de las personas que lo rodean.

Los fumadores pasivos, son aquellas personas que están expuestas e inhalan el humo del tabaco, por lo que pueden contraer las mismas enfermedades que un fumador directo. Estas enfermedades son producidas a causa de las diferentes sustancias tóxicas que contiene el tabaco, como la nicotina o monóxido de carbono, ya que pueden aumentar y producir mutaciones, tipos de cáncer, viajando por la sangre y llegando a las placentas de aquellas madres en periodo de gestación, por lo que tiene la consecuencia de evitar que lleguen los nutrientes necesarios y el oxígeno adecuado para el desarrollo del bebé.

Por lo mencionado anterior, se compromete el estado de salud del bebé, pudiendo afectar al feto de diferentes formas como las que mencionamos a continuación:

  • Entre los peores casos, se puede producir un aborto espontáneo.
  • No incrementar el peso del bebé.
  • Tener un embarazo ectópico, lo cual quiere significa que el feto podría colocarse fuera del útero evitando su desarrollo.
  • Ruptura de placenta prematura derivando a un parto prematuro.
  • Un desprendimiento de placenta, separándose del útero y dificultando el intercambio de nutrientes.
  • Retrasar el crecimiento y el desarrollo del bebe, teniendo como consecuencia varios problemas para la salud del recién llegado.

Por todo esto y más, es importante mantenerse alejado de sustancias tanto nocivas como tóxicas, ya seamos una mujer embarazada, un niño, una persona con buena o mala salud, etcétera. Cuidar la salud de los demás, es empezar por cuidar la nuestra propia, y evitar así, problemas como los anteriormente destacados y conseguir una tranquilidad para ambas partes.