Trastorno bipolar de tipo I

El trastorno de bipolaridad de tipo I, también es denominado como depresión maníaca, una forma más extrema de la enfermedad maníaco- depresiva, que se caracteriza por la aparición de episodios maníacos, alternados con crisis de depresión elevada. Las personas afectadas por esta enfermedad mental, han vivido al menos una en su vida un episodio maníaco. Durante dicho estado emocional, se sienten eufóricos y llenos de energía, con una serie de comportamientos anormales, que pueden llegar a interrumpir su ritmo de vida.

Generalmente, el primer episodio maníaco, suele estar precedido por un episodio de depresión mayor, comprendiendo un estado de ánimo intenso, que afecta de forma considerable a la calidad de vida, ya que interfiere en las relaciones personales y puede llegar a conducir incluso, a intentos de suicidio. Aunque se desconoce su causa y origen de forma exacta, al parecer se relaciona con factores genéticos, ambientales y biológicos, por lo que es más frecuente padecer esta enfermedad si por ejemplo, se ha sufrido la pérdida de un ser querido o si se tiene un pariente con trastorno bipolar, entre otras.

La manía o el episodio maníaco, se caracteriza por un estado excesivo de alegría o sobreexcitación. Los síntomas que se presentan, suelen ser muy similares a los de la hipomanía, con la diferencia de que son más intensos y causan problemas en las actividades laborales y sociales. Los síntomas más comunes suelen ser:

  • Frenesís de ideas.
  • Hablar de manera excesiva.
  • Sensación exagerada de euforia.
  • Autoestima elevada.
  • Aumento de energía y agitación.
  • Compras compulsivas.
  • Comportamientos impulsivos e imprudentes.
  • Abuso de sustancias.

Para diagnosticar el trastorno bipolar I, se debe incluir una exploración física y una serie de análisis clínicos, para poder identificar si existe algún problema médico que pudiese estar ocasionando los síntomas. Tras un interrogatorio y un proceso, el médico que nos haya atendido puede sugerir una evaluación psiquiátrica, en la que se analizan los pensamientos, conductas y sentimientos, para detectar si corresponden a los del trastorno bipolar de tipo I. Posiblemente, esto se tenga que complementar con una autoevaluación o cuestionario.