La terapia de grupo, es un tratamiento muy popular en la actualidad, debido a su alta eficacia en pacientes que la siguen. Consiste en la agrupación de varios personas, para realizar unas técnicas psicoterapéuticas determinadas, cuyo objetivo, es facilitar a todos los miembros del mismo grupo, estrategias y recursos tanto cognitivos como emocionales, como una ayuda en sus procesos de mejora o cambio, a nivel personal.

Esta terapia grupal, es un tratamiento consolidado, que se emplea en la psicología y en la psiquiatría, debido a la efectividad probada y a sus beneficios diversos. Se caracteriza por estar formada por uno o dos terapeutas y un grupo reducido de pacientes, sentados en forma de circunferencia. Es muy similar a la terapia individual, ya que se comparte el hecho de hablar de los problemas de cada uno, aportando más matices.

Suele iniciarse la sesión, cuando el terapeuta recapitula la reunión anterior, introduciendo un tema o comentando algo que haya sucedido en relación a los miembros del grupo. Posteriormente, se da paso a uno de los pacientes para que explique su situación actual, para que los compañeros le escuchen, y pongan en marcha un feedback. Dependiendo de como evolucione la sesión, el terapeuta puede proceder a proponer una serie de actividades determinadas, como las dinámicas de aceptación o técnicas de cohesión de grupo. El formato de las reuniones, son muy flexibles, por lo que en algunas puede que se hable más o por el contrario, se realicen más actividades o ejercicios.

El paciente a diferencia de la terapia individual, en la grupal, se siente arropado y no juzgado, pues los miembros de ésta, se apoyan los unos a los otros, con el objetivo de avanzar hacia el cambio. Dicha cohesión, le proporcionará una motivación mayor, por lo que aumentará su compromiso y participación en el grupo, para poder conseguirlo.