Sobre la vitamina D

La vitamina D, también conocida como la vitamina del sol, nos aporta muchos beneficios para el organismo, actuando como una hormona, activa una gran cantidad de funciones que son muy importantes para el cuerpo humano. A diferencia de otras vitaminas, la vitamina D, se puede originar de forma interna. Los receptores de esta vitamina, están presentes en más de cincuenta tejidos, interviniendo además, en la regulación de más de doscientos genes, por lo que se convierte en una de las vitaminas esenciales para mantener la salud. Las funciones en las que más destaca la vitamina D, son:

  • En el mantenimiento de los niveles de fósforo y calcio.
  • Participar en la transmisión de impulsos nerviosos a los músculos.
  • Facilitar la absorción intestinal de calcio.
  • En potenciar modularmente el sistema inmunitario.
  • Intervenir en el desarrollo celular.

La déficit de vitamina D, es un problema frecuente de salud a nivel mundial, pues el organismo la emplea a modo de prevención contra enfermedades como la osteoporosis. Una de las causas más frecuentes por las que puede manifestarse el déficit de esta vitamina, es por la falta de exposición solar, ya que es la principal fuente de obtención de vitamina D.

En invierno, la luz solar puede brillar por su ausencia, debido a las pocas horas de sol y la frecuencia de los días nublados. Por esta razón, podemos encontrar la vitamina D en otras vías como la alimentación. Los alimentos que contiene dicha vitamina, suelen tener un consumo poco habitual, como por ejemplo: las setas, los huevos, los pescados grasos como la caballa o las sardinas, quesos grasos, mantequilla, bebidas vegetales…