Riesgos de las dietas liquidas

Aunque existan muchos tipos en cuanto a protocolos de alimentación, no todos son adecuadas cuando el objetivo es mejorar el estado de salud. Lo mejor para ello es optar por un patrón lo más equilibrado y variado posible. La aplicación de la dieta médica en este caso, tiene que ver con el proceso de recuperación de un problema intestinal , pues se utiliza normalmente para reintroducir la pauta normal tras un periodo de gastroenteritis, con la finalidad de evitar vómitos y facilitar la digestión.

Su práctica, no tendría por qué causar problema tras seguirla durante varios días y menos si se ha seguido la indicación del médico, pero lo mejor es cerciorarnos de ello, con una visita al médico y volver lo antes posible a una pauta de alimentación sólida normal. Los riesgos que puede conllevar una dieta líquida si se sigue por un tiempo más prolongado de lo normal son:

  • Podría dañar el intestino. Dado a que el tracto intestinal está preparado para digerir alimentos sólidos, por lo que si pasa mucho tiempo sin digerir éstos y solo digiere líquidos, puede que las digestiones posteriores se condicionen negativamente.
  • No es indicada a pacientes con patologías renales. Estos pacientes tienen que limitar la cantidad de líquido de la dieta, ya que de no hacerlo, sus órganos renales podrían sobrecargarse y provocar la progresión de la patología.
  • Puede generar un efecto rebote. Cuando esta dieta se impone con el objetivo de bajar de peso, es muy probable que se experimente un efecto rebote, pues al principio, primero se consigue reducir el peso debido al elevado déficit energético.

Como hemos podido comprobar, las dietas líquidas tienen sus riesgos cuando se mantienen por un periodo largo de tiempo y aunque como estrategia terapéutica pueda estar bien, es importante volver a la pauta normal lo antes posible.