Entrenamiento funcional para la tercera edad

El entrenamiento funcional, incluye la realización de ejercicios de resistencia, trabajando los músculos de las personas mayores, con el objetivo de mejorar su flexibilidad. El recorrido hasta llegar a la tercera edad, varía en función de cada persona, teniendo en común la necesidad de mantener y reencontrar la destreza de años anteriores. Una de las mejores opciones para conseguirlo, es mediante el entrenamiento funcional, ya que se constituye principalmente, ejercicios de resistencia que contribuyen a combatir la inactividad física.

La mayoría de los ejercicios funcionales, son considerados como parte de un envejecimiento saludable, pues es una forma de optimizar continuamente, las oportunidades que mejoran y mantienen la calidad de vida durante el tránsito a la vejez. La preparación deportiva que conlleva a los adultos mayores, facilita sobre todo en sus tareas diarias, ayudándoles a mantener un peso saludable, favorecer su salud emocional, contiene beneficios para su memoria, les reduce el estrés y les ayuda a fortalecer su sistema inmunitario.

No obstante, el entrenamiento funcional no sólo trabaja la flexibilidad, sino que también trabaja el equilibrio, la resistencia cardiovascular y la fuerza de los músculos. La aptitud del entrenamiento funcional, se basa en el acondicionamiento físico, mediante dinámicas y movimientos cotidianos, como el agacharse, el empujar y tirar o el caminar. En otras palabras, podría decirse que garantiza la calidad de vida, ya que ayuda a potenciar su coordinación y mantiene la composición corporal saludable de los adultos mayores.

Para el bienestar físico, el entrenamiento funcional tiene efectos similares a los ejercicios regulare, dado a que aumenta el metabolismo, favorece un peso saludable, quema calorías y mantiene niveles normales de la presión arterial. Por otro lado, para el bienestar mental, favorece su autoestima, contribuye a la mejora de la memoria, les reduce el estrés y favorece su salud emocional.