Saturacion de oxigeno

Los niveles adecuados de saturación de oxígeno en sangre, están entre el 95% y el 100%, pudiendo alterarse en personas con patologías respiratorias, problemas en la circulación u otras afecciones. El oxígeno, es una molécula esencial, para muchos de los seres vivos, ya que es utilizada por todas las células del cuerpo humano a modo de carburante, para poder realizar sus distintas funciones. La saturación de oxígeno por otro lado, se puede definir como una parte de hemoglobina de la sangre que está unida al oxígeno, y que por lo tanto, es transportada por la misma.

La medición del oxígeno, es un paso esencial en la medicina, ya que cuando los niveles del mismo están por debajo del porcentaje adecuado. se pone en riesgo tanto la salud como la vida de las personas. Esta situación suele ser a causa de patologías respiratorias, como por ejemplo, el Covid-29, dado a que puede alterar dichos niveles, complicando el cuadro médico. Actualmente, existen diferentes formas de medir la saturación de oxígeno. La más frecuente, se realiza a través de un dispositivo conocido como pulsioxímetro, un pequeño aparato con forma de pinza, que se coloca en un dedo bien de la mano o del pie.

El pulsioxímetro, emite unos rayos de luz que pasan a través de la sangre, permitiendo medir los niveles de oxígeno atravesando la piel y, aunque su mecanismo de funcionamiento sea un tanto complejo, permite conocer además de la saturación, la frecuencia cardíaca. Otra forma de medir la saturación de oxígeno, es mediante la gasometría arterial, una técnica que se realiza al extraer sangre de una arteria, que permite medir otros valores, como el pH sanguíneo o el porcentaje de dióxido de carbono.

Cuando los niveles de oxígeno en sangre son del 89%, se conoce como hipoxemia. Esta puede producirse por varios motivos, principalmente porque se carezca de oxígeno en el aire que se respira y dependiendo del estado en el que se encuentren nuestros pulmones para realizar de forma correcta sus funciones. Además de esto, la hipoxemia puede ser causada por problemas circulatorios, ya que es necesario que la sangre llegue a los pulmones y coger oxígeno, para poder transportarlo a todas las partes del cuerpo. Algunas de las causas más concretas de esta situación, son afecciones como las enfermedades cardíacas o el asma.