Fruta de serpiente

La fruta de serpiente o salak, debe su nombre al aspecto que tiene su piel, tratándose de una fruta exótica muy popular en países tropicales y en el sudeste asiático. Suele reconocerse, gracias a su capacidad en antioxidantes y por sus propiedades farmacológicas, pero también, por ser muy nutritiva. Proviene de una planta cultivada por parte de los indonesios, desde hace miles de años, una planta silvestre, que puede seguir dando sus frutos hasta 50 años, si se encuentra en su entorno natural. Aunque sea nativa de Indonesia, se ha distribuido por casi todo el sudeste asiático, en países como Tailandia, Myanmar y Malasia.

La planta por la que se obtiene la fruta de serpiente, es una especie de palmera pequeña de tallo muy corto, hojas con espina y sus frutos, se encuentran en la base de la palma, por lo que resulta verdaderamente extraña. En cuanto al sabor, resulta un poco ácido y dulce, con una textura crujiente. Los nutrientes y fitoquímicos que contiene esta fruta, pueden contribuir a la mejora de algunos problemas de salud y ser usada además, en diversas áreas industriales. Los principales beneficios del salak o la fruta de serpiente son:

  • Estabiliza los niveles elevados de ácido úrico.
  • Puede contribuir al control de la diabetes de tipo II.
  • Puede prevenir enfermedades crónicas, cardíacas, síntomas de la menopausia y accidentes cerebrovasculares.
  • Permite combatir la actividad de radicales libres en el cuerpo.

En la gastronomía tailandesa, este fruto sirve para preparar una mezcla de curri, en Malasia, se elabora con ella una especie de empanadas, conocidas como dumplings, en Asia, la emplean como materia prima para la elaboración de vinagres y vinos, y otros consumidores, la convierten en conservas, jugos, jarabes y caramelos.