Actividad física tras una lesión

Al realizar cualquier tipo de actividad física, es posible sufrir lesiones como esguinces, roturas fibrilares o contracturas musculares. Este tipo de lesiones suelen formar parte de la vida de las personas que practican deporte de forma habitual, por lo que la rehabilitación y la vuelta a los entrenamientos, deben ser con cuidado y paciencia para evitar una mala recuperación.

Las lesiones tras la realización de actividad física, se pueden agrupar en tres tipos:

  • Lesiones óseas o fracturas: la mayoría de dichas lesiones, se recurre a tratamientos ortopédicos y sólo en los casos más extremos, se necesita una cirugía.
  • Lesiones musculares: son las más frecuentes en personas que empiezan a practicar deporte o en aquellas que vuelven tras estar inactivos por un tiempo. Suelen aparecer por un mal calentamiento o por un esfuerzo superior del músculo al que aún no esta preparado.
  • Lesiones por sobrecarga: otras de las más comunes para los deportistas, como las tendinitis, el codo de tenista o la bursitis. Para su cuidado, suele recomendarse el reposo y tratamientos antiinflamatorios.

Tras conocer los tipos de una lesión, se debe entender que el proceso es lento para volver a los entrenamientos a pleno rendimiento, por lo que se debe tener paciencia e ir poco a poco para evitar que la lesión empeore.