Conoce la Talasoterapia

La talasoterapia tiene sus orígenes en la antigua Grecia, extendiéndose por Europa y a principios del siglo veinte, empezaron a instaurarse los primeros centros oficiales. Esta técnica consiste en el uso terapéutico de los elementos del hábito marino, como el agua del mar, la arena, las algas, el lodo o incluso la brisa, ya que contribuyen al equilibrio natural del cuerpo, absorbiendo mediante la piel los minerales que se necesita para ello, siendo por ejemplo, el magnesio o el potasio.

El agua del mar, contiene una serie de sustancias muy parecidas al plasma sanguíneo, teniendo éste una gran cantidad de cloruro de sodio, magnesio y otros elementos, que favorecen la absorción de las mismas para mantener la homeostasis. Para que esta técnica sea efectiva, requiere que el lugar tenga todas las medidas de higiene necesarias y que la persona que lo realiza esté realmente especializada.

Suele recomendarse el uso de la talasoterapia para afrontar afecciones como los dolores corporales, los reumatismos, las enfermedades de la piel, como la psoriasis, las tendinitis o la lumbalgia. También suele recomendarse dicha técnica, para problemas de circulación sanguínea, como las varices, los hematomas o el sangrado recurrente de la nariz, e incluso para las afecciones emocionales como el estrés, la depresión o la ansiedad.

En siguiente post, veremos los tipos de talasoterapia que existen y para que sirve cada una de ellas.